Traducción del artículo escrito por Wesley Reineke para Bike Exif:

El taller español Cafe Racer Dreams ya ha construido casi un centenar de motos, y no da señales de ralentización. Es un historial notable en esta industria tan inconstante.

«CRD es ahora mucho más profesional que antes. Nuestros plazos y nuestro sistema de producción se miden ahora muy seriamente».

Este es la CRD69 (las construcciones se numeran a medida que se encargan, en lugar de cuando se acaban), está basada en una Honda XL600V Transalp de 1990. La Transalp es una moto icónica en Europa, pero aún así es una elección muy inusual como punto de partida para una modicificación.

«Nuestro cliente quería algo diferente, algo que nadie hubiera visto antes», explica Pedro. «Una moto de calle que también se pudiera usar off-road. Y también quería ser el dueño de la primera Transalp Street Tracker preparada por Cafe Racer Dreams».

El núcleo de la construcción es el depósito de una Honda CB750, algo que el cliente solicitó durante la primera reunión, en su restaurante al otro lado de la frontera en Niza, Francia. Después de extensas modificaciones tanto en el tanque como en el bastidor, Cafe Racer Dreams consiguió emparejar los dos.

Tanto el bastidor auxiliar como el asiento son nuevos. Debajo de ambos hay una discreta caja, hecha a mano, en la que se sitúa la batería. Todos los elementos eléctricos se conectan mediante una unidad de control Motogadget para reducir el cableado.

Ambos guardabarros son nuevos, el trasero lleva incrustada una delgada luz LED. También se ha modificado ligeramente la posición de conducción de la moto ya que se ha bajado dos pulgadas la parte delantera de la moto y se ha subido una la posterior. Las ruedas son unas Continental TKC80.

Al quitar el voluminoso carenado original, apareció el voluminoso motor en doble V, pero también quedó expuesto el radiador con lo que CRD fabricó un nuevo soporte para el faro que fuera capaz de albergar no solo los LEDs sino también el radiador.

El cuadro también está muy ordenado: Interruptores mini encajados en un conjunto de manillares Renthal y puños Biltwell Inc., intermitentes en los extremos del manillar y un velocímetro de Motogadget. El conjunto lo acaban unos reposapiés Tarozzi para el pasajero, un amortiguador trasero Öhlins y un silencioso invertido.

Una vez que le hemos quitado todo el carenado de plástico, la Transalp Street Tracker se ha convertido en una moto delgada, útil, y apenas reconocible.

CRD tiene ocho motos y tres Porsches 911 en el taller en este momento, y también se está desarrollando un nuevo espacio comercial. El futuro se presenta tan prometedor como las motos para este taller madrileño.