Cafe Racer Dreams sigue con su serie de preparaciones inspiradas en grandes carreras y presenta la #CRD122, una moto que rinde un homenaje al rally Dakar. Desde que, en 1978, Thierry Sabine envió a los participantes al primer Paris-Dakar, diciendo que era: “un reto para los que parten. Un sueño para los que se quedan”, el rally se convirtió en uno de los eventos del deporte del motor más famosos del mundo.

La relación de BMW con el Dakar es de sobra conocida y los éxitos de la marca alemana fueron un empujón para potenciar la leyenda de una saga GS, que acaba de cumplir 40 años. En 1981 Hubert Auriol ganó el prestigioso y exigente rally, el primero para la marca alemana en la tercera edición de la prueba. Auriol repitió victoria en el 83 y Gaston Rahier lo hizo en 1984 y 1985, asombrando al mundo por el manejo de la gran trail con motor bóxer a pesar de su corta estatura. Esas motos marcaron a toda una generación, que añora aquellas primeras “trail dakarianas” como la R 80 G/S Paris-Dakar.

CRD ha tomado el testigo y ha hecho su propia de versión de una carrera que conocen muy bien, ya que su actual director, Juan López, ha participado como team manager en tres ediciones del rally. Así, el know how de esta carrera está presente en el departamento de diseño de la marca, que ha tomado como base una BMW R90 de 1973 para crear esta customización número 122 que, internamente y como no podía ser de otra manera, se conoce como “la Dakar”.

A primera vista, llama la atención su depósito pintado en blanco y las tres franjas fileteadas en su contorno, que hacen homenaje a las fases del exigente rally: las etapas, los enlaces y las etapas maratón. La pintura en blanco también es protagonista, tanto en el propio depósito como en el chasis, algo poco habitual en las preparaciones de la marca. También se trabajan los tonos grises, como en las llantas, que tienen un color para los radios y otro en los cercos, con lo que se consigue un efecto muy vistoso.

Otro toque especial que remata esta gama de colores es el chorreado de diversas piezas de metal para obtener su color original, como se ha hecho en el cardan, los guardabarros y el bloque motor. Una técnica no tan común y que revela la naturaleza y la estética de cada metal, dándole mucha personalidad.

Su elegante estética queda rematada por un asiento biplaza en dos tonos de piel diferente, uno más claro que hace referencia a la arena del desierto y otro más oscuro en honor a las pistas de tierra. En la postura de conducción se ha buscado la comodidad, combinando dicho asiento con un manillar elevado Renthal. Llaman mucho la atención los pulsadores que, por su forma, recuerdan a los que se utilizan en las motos del Dakar para controlar el roadbook y también la instrumentación Motogadget Chronoclassic, que le da ese toque retro ad hoc para esta moto, junto a los retrovisores highsider y a los intermitentes Arizona.

En cuanto a la parte ciclo, la horquilla se ha puesto al día gracias a la modificación de sus hidráulicos y se utilizan amortiguadores Hagon. En este caso, con más razón que nunca, se recurre a los neumáticos de tacos Continental TKC 80, pero se monta un 140 detrás, que es un poco más ancho de lo habitual y, visualmente, le da más poderío. Los escapes de esta preparación son de salida larga y elevada y están cromados, de modo que también le dan un toque elegante a su línea.

Después de ocho semanas de trabajo esta BMW R90 Brat Style se ha convertido en un homenaje de Cafe Racer Dreams al mítico rally Dakar y, a través de ella, casi se puede sentir la arena del desierto en la pantalla del casco porque, además, permite hacer un poco de off road y viajes de aventura.

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