La familia de Cafe Racer Dreams sigue creciendo con la #CRD129, una BMW R 100 RS de 1977 que se ha convertido en el regalo del cincuenta cumpleaños de su dueño. Como ya hemos visto en otras customizaciones, hay una historia personal detrás y en este caso tiene detalles que le dan un toque todavía más emocional, como la inscripción “in memoriam” que hay en la tija hecha con la letra de su padre. También se puede encontrar el logo del 50 aniversario dentro del escudo de BMW del depósito, que se ha pintado del mismo verde por cierto. Son pequeños aditamentos pero que le dan esencia a esta moto, especialmente para su dueño, que es lo que buscas cuando quieres tener algo diferente. Volviendo a la parte más técnica de la customización destaca la tija que se mecaniza como siempre en aluminio de máxima calidad y con un nuevo diseño para integrar el pequeño reloj Motogadget Mini Pro. Los accesorios de primera línea sustituyen a las piezas originales, así que los retrovisores ahora pasan a ser Highsider, con el llamativo diseño que los sitúa por debajo del manillar, el depósito de líquido de freno es LSL y tanto los mandos como los intermitentes ubicados en los extremos del manillar también son Motogadget. En manillar Renthal se sitúa al revés y consigue que la parte delantera se vea mucho más baja.

En el caso de la #CRD129 se ha buscado el máximo en el apartado de las suspensiones, con una horquilla de Suzuki GSX-R 1000 en el tren delantero, que también monta el equipo de frenos con pinzas radiales y discos de 320 mm. Mientras que en la minimalista parte trasera destacan dos amortiguadores Öhlins de la serie black line, que al igual que la horquilla ofrecen todas las posibilidades de regulación, de modo que ahora la moto se puede ajustar a los gustos de su dueño. Las estriberas por su parte son Tarozzi, para conseguir una posición un poco más orientada hacia el tren delantero. El trabajo artesanal de CRD vuelve a estar presente en diversos elementos, como los soportes tubulares del portamatrícula que alojan en su interior el cableado para conseguir una pieza funcional y estética. Así como el soporte del faro delantero, que además destaca porque tiene en su interior una corona de LED que cuando está encendida recuerda a las máscaras del Juego del Calamar, la famosa serie de Netflix.

El motor bicilíndrico bóxer característico de todas las BMW que empiezan su nombre por “R” se ha actualizado, pintado al polvo y cuenta ahora con escapes Trumpet y filtro de aire K&N, una receta que el fabricante sabe que da un buen rendimiento. Los carburadores se recubren con tratamiento cerámico pero esta vez se lleva hasta las bridas que los unen a los cilindros en busca de conseguir una imagen más homogénea. Y para rematar la estética no se ha dejado al azar y el depósito se pinta con el mismo verde de los Land Rover clásicos, un vehículo que también posee su dueño, y que va a juego con el cuero de búfalo de 4 mm del asiento. Además, esta pieza monoplaza se ha moldeado a mano y como es el único elemento que sobresale del chasis en su parte posterior llama todavía más la atención. La CRD129 combina así una estética impactante, con componentes de calidad, buenos acabados y bien conectados entre sí, a lo que hay que sumar un comportamiento muy conseguido.

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