Los diseños llamativos, las líneas cortantes, los tonos negros y los componentes actuales mezclados con los clásicos han distinguido a algunas creaciones de Cafe Racer Dreams y la #CRD126, una BMW R 100 RS de 1980, continúa con el legado de la marca. Su destino final se encuentra en Francia, ya que viajará a París para formar parte de la gran colección de motos customizadas que tiene allí uno de sus clientes. Así que teniendo en cuenta el perfil de su futuro dueño y como no podía ser de otra manera, el nivel de exigencia ha sido muy alto en este trabajo.

La idea inicial era crear una moto muy limpia y bien terminada, para conseguir la elegancia en la simpleza. Para ello se ha integrado un pequeño reloj Motogadget Tiny en el foco de manera que rompe lo menos posible la estética del tren delantero. El mismo efecto que consiguen los pulsadores micro y los retrovisores también de Motogadget de aluminio pulido. En este caso se ha buscado que predomine la estética clásica, así que se ha mantenido la horquilla convencional de la RS, aunque se ha rehecho por dentro con la receta CRD para que tenga un comportamiento más firme. Lo mismo sucede con los frenos, que mantienen su look original con las pinzas de un pistón, pero que cuentan con latiguillos metálicos, discos y bomba Brembo.

El guardabarros recortado, los fuelles de la horquilla y los neumáticos de tacos rematan un tren delantero que le otorga mucha personalidad a esta customización. El depósito de gasolina se ha pintado en negro con un doble filete en plata a petición del cliente, que va a juego con todos los elementos de la moto, terminados en este mismo color, a excepción de los dos carburadores. Los escapes Trumpet abiertos tienen un toque extra gracias al tratamiento de cerakote, a los dB killer fabricados por Cafe Racer Dreams y a la cinta térmica que se utiliza en los colectores.

En el compacto tren trasero destacan varios elementos, pero sin duda el asiento monoplaza es el gran protagonista, el cual está confeccionado con piel de 3 mm igual a la utilizada en las monturas de hípica y también con la misma técnica de cosido. Además, los llaveros de las últimas creaciones están fabricados en la misma piel que el asiento. Y para que se mantenga el diseño limpio que distingue a la parte delantera, aquí se ha fabricado un soporte artesanal para el portamatrícula que aloja en su interior el cableado de las luces traseras. Otro paso delante en el acabado de las customizaciones CRD.

Los amortiguadores Hagon, también en negro, rematan estética y dinámicamente el tren trasero. Mientras que los estribos Tarozzi se combinan con el asiento monoplaza y el manillar plano para dar una postura de conducción muy diferente a la de la moto de partida. Otra novedad es que lleva integrado un GPS que permite localizar su posición a través de una aplicación, así que su gadget más moderno mantiene inalterado su espíritu vintage. Sin duda una gran pieza para la colección de la que pasará a formar parte.

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