Si de algo está seguro en la vida Ben Van Gorp, es que si tienes un sueño, debes trabajar duro para conseguirlo. O, como en este caso, encargarlo. “Sabía que el sitio al que debía ir para cumplir mi sueño era CRD”, nos contó Ben.
Ben nos encargó la CRD110 y se aseguró de que fuese “la clásica”, ya que sabía con seguridad que habría una segunda Cafe Racer Dreams a su nombre.
Este joven empresario es el dueño de una exitosa compañía digital en Gante, Bélgica.
Desde que nació, Ben ha sentido mucha pasión por la velocidad y el motor. Su padre es mecánico, lo que le hizo crecer entre motores. Entre otras aficiones, a Ben le gustan las motos de agua, el fitness, los karts, coches, y por supuesto, las motocicletas.
Al igual que Cafe Racer Dreams, Ben sabe que los pequeños detalles son fundamentales. Las pequeños detalles definen los grandes proyectos. Su trabajo en la industria digital se basa en perfeccionar los detalles del diseño. Inmediatamente conectamos y nuestras visiones congeniaron. Cada una de nuestras creaciones tiene que ser perfecta, o por lo menos aspirar a ello.
Carolina de CRD empezó a intercambiar ideas con Ben y pronto surgió la chispa; un clásico modelo y look CRD, azul Yale, cuero marrón oscuro, chásis negro, ruedas Firestone Deluxe y horquilla invertida. Ahora Ben ya no solo tenía un sueño, sino un proyecto.
Compramos una BMW R100RS blanca en un estado inmejorable. El motor se había restaurado hacía tan solo dos semanas, dejándola preparada para largos viajes. Se habían recuperado los cojinetes del cabezal, el brazo oscilante y las ruedas, junto con una actualización completa del motor, incluidos los tubos de varilla de empuje de acero inoxidable y el sistema de escape de acero inoxidable. Mecánicamente, la moto base se encontraba impecable. En Cafe Racer Dreams, damos una gran importancia a la selección de la moto base adecuada, ya que esto se convertirá en núcleo de una nueva CRD.
Desmontamos la moto base, nos deshicimos del carenado y restauramos el motor por completo. Cortamos el sub-chasis y creamos uno desde cero en nuestro taller. Diseñamos y ejecutamos el asiento dos centímetros más alto de lo normal en la parte trasera, mejorando la postura al sentarse. Además, subimos la suspensión para adaptarla a la altura del cliente, mejorando la calidad de la conducción.
Lo primero que se aprecia es el acabado de la pintura. Este azul tipo Yale nació tras prueba y error. Primero pintamos el depósito con un filete celeste, pero a Ben no le convenció el ¨look retro¨, así que optamos por repintarlo en el último momento, eliminando el filete y manteniendo sólo el logo CRD en azul claro, a juego con el de BMW en los laterales.
Colocamos una horquilla invertida original de una Suzuki GSZR. Toda la mecánica se pintó al polvo en negro matte. El manillar es un Renthal Ultra Low, los mangos son Biltwell, y tanto el velocímetro como todo el sistema eléctrico es de Motogadget M-unit. Todo esto le da a la moto un look más fresco que contrasta con lo clásico del depósito y la confección del asiento.
¡Ya es hora de empezar la CRD111 y CRD112, que nos esperan en el taller!
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