No es fácil conseguir un estilo que te distinga en el mundo de las customizaciones y mantenerlo en el tiempo como ha hecho Café Racer Dreams. Su sello se reconoce en cada creación, pero cada una tiene su propia personalidad, como hemos visto desde hace cientos de motos y no es una forma de hablar. En este caso la “Skully”, como se conoce internamente a la CRD133, es una preparación muy llamativa y que se distingue bastante de otras creaciones salidas de los talleres de CRD. El sobrenombre con el que se la conoce por los hombres de la marca no tiene secretos, basta con ver su decoración para asociarlo a la calavera que luce en su depósito en un guiño a su propietario. La moto tiene mucha fuerza por la mezcla del depósito en tono gris y negro mate del resto que elementos, en contraposición con el tono rojo del asiento monoplaza, los puños Biltwell, los muelles de los amortiguadores y las pipas de las bujías. El trabajo artesanal en esta ocasión está en el mencionado depósito, que viene de una R 69 S y que se han reconstruido para encajar en la “133”. Además, se le ha añadido un cajetín en la zona superior para tener así una pequeña guantera muy a mano. La parte trasera al ser monoplaza le da una nueva dimensión a la BMW R 100 RS de 1978, ya que ha pasado de ser una sport turismo de la época con un colín voluptuoso a una moto totalmente radical que parece salida de un cómic.

En cuanto a sus componentes se sigue con la línea que hemos visto en las últimas creaciones, lo que supone recurrir a Motogadget para los mandos mini y los intermitentes integrados perfectamente en los extremos del manillar Renthal. Se utiliza la tija mecanizada en aluminio de máxima calidad que para esta preparación agarra una horquilla invertida Showa de 43 mm totalmente regulable. La combinación de frenos modernos se plasma con unos discos de 320 mm mordidos por pinzas Tokico de cuatro pistones y anclaje radial, que aseguran el comportamiento de una moto moderna en el tren delantero. Se utiliza también depósito de líquido de frenos LSL, retrovisores Highsider y un reloj analógico de Acewell, que tiene también un pequeño display digital. El look de la parte frontal lo rematan los dos faros de gran diámetro y un guardabarros elevado que encaja perfectamente con los neumáticos de tacos. Detrás también se ha fabricado un guardabarros artesanal en línea con el delantero y se monta el soporte CRD para la matrícula. En cuanto a la parte ciclo se utilizan dos amortiguadores YSS G-Top multirregulables que están en línea con el robusto tren delantero y hace de las RS una moto mucho más estable. Los escapes Trumpet rugen cuando te acercas a la moto y cesan su sonido cuando te alejas, y eso es porque incorpora un sistema similar al “keylesss” que permite apagar y encender la moto cuando su dueño se sitúa junto a ella. Otro ejemplo de cómo combinar con gusto lo clásico y lo moderno…