La creación 131 del conocido customizador madrileño es una atrevida combinación, que tiene el sello de CRD, de un estilo cafe racer con una scrambler, con la que han conseguido una estética diferente y muy llamativa.

Lo primero que salta a la vista es que está a prueba de supersticiones, debido al vistoso número 13 que luce en su depósito, el cual resalta sobre un gris que está en el pantone de colores de Porsche y que es habitual verlo en el 911 GTS.

La moto que se toma como base para dar vida a esta preparación es una BMW R100 RS que se matriculó en Santander en 1978 y que ahora ha recibido una nueva vida. Para estar totalmente al día se ha actualizado y no se ha dejado ningún elemento de su motor sin revisar. Como ya es habitual se han asegurado de que funciona como un reloj, algo que notas en cuanto escuchas cómo carburan sus dos Bing y el sonido que emiten los dos cilindros bóxer a través de los cortos escapes Trumpet, que están terminados en negro mate para integrarse en la línea de la moto llamando la atención justa y necesaria. Los filtros K&N rematan la preparación del motor.

La funcionalidad la ponen, como ya es habitual en la última línea de preparaciones, los pulsadores Motogadget Mini, que a pesar de su reducido tamaño tienen un tacto perfecto. De la conocida marca originaria de Berlín también se utilizan los intermitentes integrados en el manillar, que es este caso es un Renthal Low, no tan bajo como el Ultra Low que hemos visto en otras unidades. Este elemento se ancla a la tija mecanizada con el aluminio de máxima calidad que se ha utilizado en la última generación de customizaciones Cafe Racer Dreams.

En cuanto a la instrumentación se ha montado un reloj Daytona, integrado en el faro tipo bala, que con sus dimensiones y diseño retro, le da mucha personalidad a un diseño visualmente muy compacto. Esa línea está marcada por un asiento monoplaza, una de las primeras decisiones que deben tomar los clientes de CRD, si quiere tener una moto mono o biplaza, y a partir de ahí se marca en gran medida cómo va a ser la estética de la moto. En este caso queda claro su toque compacto y agresivo, gracias a la utilización de un vistoso asiento de una sola plaza, que además combina en el tono y el diseño de su piel bovina con los puños Biltwell.

Otros elementos que sirven para darle una estética muy conseguida a la parte delantera son los espejos retrovisores Highsider y también el depósito del líquido de frenos LSL, además de los guardabarros artesanales recortados, que sin duda son una parte clave en la personalidad de la CRD131.

Las suspensiones originales de la RS se sustituyen por una horquilla invertida Showa de 43 mm y multirregulable, que monta pinzas Tokico de anclaje radial y cuatro pistones, que muerden discos de 320 mm. Una receta que se ha mostrado muy efectiva también para este tipo de motos. Detrás se recurre a los amortiguadores directos YSS G-Top con botella separada y terminados en negro. Mientras que gracias a las estriberas Tarozzi la posición de conducción transfiere un poco más de peso sobre el tren delantero.

CRD ha vuelto a hacer una moto muy impactante combinando los estilos cafe racer y scrambler, con multitud de piezas artesanales, que entra por los ojos y también convence al probarla.

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